dimecres, 2 d’octubre del 2013

¿CÓMO ADAPTAR MATERIAL?

La adaptación de material curricular es una medida educativa conocida y utilizada que permite dar respuesta al alumnado con necesidades educativas especiales para poder desarrollar su programación curricular o acceder al currículum ordinario.
Ahora bien, este material no se puede utilizar de modo generalizado para todos los alumnos sino que la elaboración de material ha de ser una tarea de individualización para dar respuesta a las necesidades del alumnado

Es por ello, que algunas de las características que ha de reunir el material serán:

- Individualizado.
Cada niño requiere una adaptación diferente. Será importante tener en cuenta las características del alumno al que pretendemos adaptar el material: nivel de competencia curricular, desarrollo de destrezas manipulativas, capacidad de comunicación oral y/o escrita, capacidad de asociación, de seriación, lectura e interpretación de pictogramas, nivel de atención y concentración, conductas adaptativas al aula, etc.

- Autoexplicativo
El formato sobre el que trabaje el alumno debe incluir en alguna parte, preferiblemente en la parte superior derecha del folio apaisado, una secuencia de tareas. Esta secuencia podrá realizarse con pictogramas, con o sin texto según el nivel del alumno.
El material que confeccionemos debe dar al alumno toda la autonomía posible en su trabajo, de modo que no requiera la atención constante del profesor. Además debe dejar muy claro al niño lo que debe hacer, en qué orden y cuál será el momento de dar por finalizada su tarea. Esto es fundamental para reducir su nivel de ansiedad y evitar conductas indeseadas por no haber tenido una tarea lo suficientemente clara y estructurada que le permita anticipar lo que se espera que haga, los materiales que tendrá que utilizar y cuando concluirá.
Para aquel alumnado con un nivel cognitivo más bajo las actividades que les presentemos han de tener la suficiente organización y claridad visual para que sepan qué es lo que le estamos demandando. Así como otras directrices como:
• Aprovechar principalmente las capacidades viso-espaciales, dando únicamente la información relevante para la realización de esa actividad, huyendo de cualquier información irrelevante.
• El material propuesto para cada actividad debe reducir al mínimo la posibilidad de error, ya que el aprendizaje por “ensayo - error” no funciona con estos alumnos.
• A través de las estrategias de clasificación y de emparejamiento, se puede enseñar de forma visual cualquier contenido conceptual y/o procedimental.
• El uso de los pictogramas y palabras en los paneles, que cada alumno tiene en su mesa de trabajo, nos proporciona la posibilidad de dar instrucciones concretas de forma visual que ayuden a la ejecución de la tarea.

- Nivel de competencia curricular
Por último, será necesario determinar el nivel de competencia curricular que presenta
el alumno que va a utilizar este material adaptado, ya que deberemos confeccionar éste teniendo en cuenta sus capacidades motrices finas, su nivel de comprensión oral y/o escrito, nivel de vocabulario, conceptos previos sobre el tema a trabajar, capacidad para interpretar pictogramas, capacidad de asociación, persistencia en la tarea, nivel de atención y concentración, etc. 

Todo estos aspectos determinan las características que deben cumplir los materiales:
• Que pueda retirarse la ayuda, que se puedan utilizar sin el apoyo inicial con la finalidad de que avancen de forma independiente. Es decir, el material debe tener un carácter flexible y ayudar al alumno no sólo a conseguir el objetivo planteado sino también el deseado (por ejemplo: clasificar los colores implica a su vez la posibilidad de aprender el nombre de los colores).
• Manipulativos, que permitan su adaptación según el desarrollo psicomotriz del alumno: abrir, guardar y tapar cajas, bolsas, recipientes... (del tamaño más grande al más pequeño)
• Que ofrezcan información visual, indicando el propio material lo que se debe hacer
con él, en qué orden y cuando finaliza la tarea. Así, potenciamos el trabajo individual e independiente del alumno.
• Que el soporte físico común sea el uso de velcro, dándonos la posibilidad de que
el niño manipule el trabajo de forma independiente quedando constancia del resultado del trabajo, dándole inmovilidad en ese momento y ofreciendo la oportunidad de poder reutilizar esa misma tarea introduciendo nuevos elementos. Otra ventaja es que aunque el niño presente estereotipias o movimientos incontrolados que puedan disolver o deshacer el trabajo, con el soporte del velcro quedan sujetos e inamovibles.

Siempre que cumplan algunos de los requisitos mencionados, podemos usar cualquier tipo de
material y, en su defecto, elaborarlos o adaptarlos.

    
















Algunos referentes bibliográficos los encontramos en los siguientes libros:



La Dirección General de Participación y Solidaridad en la Educación publico una monografía en tres volúmenes titulada "Los trastornos generales del desarrollo. Una aproximación desde la práctica". Esta colección de materiales ofrece una revisión de la naturaleza del alumnado con trastorno del espectro autista y de las características diferenciales con respecto a la construcción de la teoría de la mente, conjugando la información teórica y la práctica. 
Encontramos tres tomos y el volumen 3:
 
Podeis descargalo en nuestra página:


O en la de la Junta de Andalucía:
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/PSE/orientacionyatenciondiversidad/educacionespecial/Publicaciones




Task Galore, son libros con creativas ideas para profesores, terapeutas y familias  para trabajar con niños con diversidad funcional. Existen diferentes libros, podéis consultar su página oficial:

O consultar esta página para poder descargarlos:
http://ardilladigital.com/tecnologia_educativa.htm#2

Y aquí tenéis otro:



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